martes, 20 de enero de 2009

Aquello es arte!!




Félix González-Torres es un artista cubano que falleció en 1996. Sus trabajos se caracterizaban por la delicadeza y poesía de los materiales cotidianos que utilizaba (caramelos, relojes, bombillas, impresión en offset, fotografías). Una de sus instalaciones más famosas eran las pilas de hojas de papel impresas con un texto o imágenes que recuerdan a las estructuras minimalistas (hojas apiladas a modo de cubo perfecto), que disponía en medio de la salas de exposiciones.

Pues bien, hace dos meses, en mi viaje a Nueva York que ya había comentado anteriormente, en una visita al MOMA (The Museum of Modern Art) nos encontramos mi amiga Francesca y yo en una de las salas una de estas esculturas de Félix, la pieza en concreto se trataba de una impresión de fotografías con la cara de gente que había sido asesinada por herida de bala en EE.UU y las medidas del papel eran de un 100x70 aproximadamente.

Bueno pues yo me emocioné al ver la pieza de este artista (que estudié durante la carrera y me parecía sutil, delicado y muy limpio en la resolución de sus trabajos) y entonces recordé que Alfonso, un profesor y muy amigo mío de la facultad nos contó (y luego leí en varios de los catálogos del artista) que estas piezas eran efímeras, es decir, que el espectador puede (y la obra consiste en eso) llevarse parte de la obra. Se lo comenté a Francesca y me acerqué a leer la ficha técnica para asegurarme y ver si ponía algo al respecto. Nada.
Entonces mi compañera me dijo de animarnos a "romper el hielo", ya que toda la gente de la sala miraba esa pila perfecta de impresiones pero en ningún momento veíamos a nadie con intenciones de participar, hasta que de repente Francesca empezó a enrollar una de las impresiones para llevársela, rompiendo el perfecto cubo minimalista (xD) y entonces le seguí yo. No me olvidaré de la cara de la gente cuando nos miraba agachadas "robando" una obra del MOMA, hasta que comprobaron que el vigilante de la sala no decía nada y fue entonces cuando comenzó todo el mundo a cojer de la pila.

Me pareció una situación simpática, primero porque parecía que éramos las únicas de la sala que conocíamos a Félix González-Torres, segundo por la mirada de la gente cuando comenzamos a llevarnos parte de la pieza y tercero por "la que armamos" cuando vimos a todos haciendo cola para llevarse las impresiones.
Aquello afirmó la idea que se tiene del museo como un cubo blanco impenetrable donde todo lo que descansa allí es sagrado, no se toca, aquello es arte!, hasta yo misma que conocía la obra dudé en participar buscando algún tipo de instrucción en la ficha técnica!.

En fin, que nos fuimos tan contentas con nuestro "pedacito" de Félix (cogimos una impresión para Alfonso, porque además le encanta) y orgullosas de haber "desvirgado" una pieza de arte en el MOMA xD

Dejo por aquí, para los que no le conozcan, una imagen de la obra que comento y de algunas otras en la cual vemos participar a un espectador en una de sus famosas alfombras de
caramelos.

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